Me sigue quedando inconclusa tu mirada,
al filo de la noche, ecos de silencio.
Me desola tu presencia vívida, de mis cielos para adentro,
tu ausencia entre momentos, entre relativo y absoluto.
Me sigue confundiendo tu insistencia
al roce con mis pieles, al centro de mi nada,
me tiemblas en el pecho agónico y obstinado
cada vez que me llevas a tus sueños.
Me sigue doliendo tu certeza,
que soy lo que no soy y pertenezco
a tus medias luces afiebradas y certeras
a tus manos que acarician mi presente.
A tus palabras-quimera, que me construyen sin carencias
para vos, para tu vida, para tu muerte.
Yo miento y al hacerlo me desarmo,
porque no soy Dios, ni héroe, ni camino
yo miento y me acostumbro a algún futuro
cuando me mires con tus ojos sin prejuicios
y te alejes, sin dudar que no era yo imagen ni semejanza, ni utopía
so pena de muerte de mis efímeros paraísos
con duelo, dueño y apellido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario