viernes

Mirada 360°

Si me mira de arriba soy la que le saca la lengua a los pétalos nones de las margaritas, y por Ud. que tiene efectos especiales en los dedos, se abren las puertas que se mantenían selladas al encuentro no ocasional de labios que se mueren en labios, que se viven de sangre, que se mueren en boca.
Mire, como le escribo bien moderado el "encantada de conocerlo", y reconocerlo en elipses, y caer siempre casi siempre boca arriba en sus sábanas bordadas inexplicablemente con ese nombre que me nombra su boca de a dos manos en mis caderas, en ese despacio-tiempo que le grita desde mi boca de dama tiernizada, que juega que ha perdido la enaguita en sus manos de suavidad canalla y salobre y ahí es cuando me empieza a mirar desde abajo.
Si me mira de arriba otra vez soy la desobediente de señales-advertencias, esas que tenía tatuadas en la espalda cuando lo conocí piel. Ud. es mi cita menos ciega y yo se que le tiemblo cuando lo trato de Ud. y que le sísmica en movimientos la sangre al verme bailar el Tango con la espina derecha, porque ud no sabe que me huelo mirada en sus ojos de notengocelosdenadie, pero me dijo una vez y yo no olvido, que el guitarrista jamás baila, y sin embargo, al final de todo vuelvo corriendo con los zapatos con tacos al cielo en la mano, cuanto termina su música que me encanta la nuca y la inquietud de norte a sur, para sentarme en sus rodillas y abrazarlo de lo extraño para anidarme luego, nido en sus ramas. Y nos vamos todo el camino de la mano en silencios artificiales, en abrazos paralelos, en te quieros para adentro, porque prometimos no decirlo seguido para no desteñirlos de muerte en nuestros tímpanos ventanas.
Y se acuesta para mirarme de costado, y veo su mirada complaciente de domador de metales, porque me ha me ha limado el filo y me ha mirado siempre con calor de fundición para amoldarme lo peligrosa en cucharita de tomar el té con canela al borde de su boca, cada vez que no me nacen sueños. Y por fin me mira de igual a igual.
Y se duerme Ud. con un perdón anticipado de desayuno de mañana de tostadas quemadas seguro, y lo acaricio sin artificios para mirarlo de pasado, Ud también me ha regalado metamorfosis dolorosas, tiempos, me ha hecho una mujer de lunares recontados, de puteadas eufemistas, y me ha enseñado como mantener a sopliditos esta llama tan de nosotros y contempló como salé estatuas, falsos profetas y fui platonizando otros suspiros, parar mirarlo de amor viceversa, y reconocerle que ha matado a BarbaAzul, que se pulió los dientes de lobo feroz, y que se entregó Sanson a mi tijera irresponsable, sonriendo satisfecho cuando le entregué corazones recortados y rojos en papel glassé.
Lo miro de cerca, para explicarle de a sorbitos de ternura húmeda que no ha sido pecado compartirme costilla, ni tener ganas de manzanas todas las noches en este jardín de ambos, o que lo quiero sin unidad de medida más que mis relojes de arena y mis desaciertos volviendo siempre de las lluvias, a sus fuentes.

2 comentarios:

  1. Interesante. Ese Ud. casi paternal y distante.
    Sigo pasando
    salutes
    Arrabal

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  2. Totalmente imaginario,quizás una simple expresión del deseo de ser cuidada. Seguí pasando. Un saludo.

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