lunes

Tregua

            “Hace unos cuantos días que la noto apagada, casi triste. Eso sí, le sienta la tristeza.
                                                                  La Tregua - Mario Benedetti

Todas nuestras treguas eran para ver cómo continuábamos la guerra.
La paz no nos pertenecía, no sabíamos nada de ella.
Y no nos amábamos menos ni peor que los otros, nos protegíamos del mundo, era nuestra mínima lealtad. Pero nosotros nos mordíamos el cuello hasta desangrarnos, llegábamos al punto justo donde nos quedaba un hilo de vida, y nos dejábamos ir.
Éramos únicos en nuestra especie. Nos unía la nada, los fragmentos que nos habían quedado después de tanta mala vida. Éramos un frente común, el desasosiego en la cama, la batalla de jamás terminar, el pan y el vino, la sangre y los huesos.
Nos separábamos por largos períodos y volvíamos enardecidos a gritarnos el amor que solamente nosotros entendíamos por eterno, por dañino, por bastardo de leyes.
La libertad era todas las noches sacarte la ropa con rabia para buscar si escondías algo nuevo que justificara quedarse. Siempre lo tenías.
La muerte, era saber que eras lo que más entendía de mí.
La felicidad era una utopía que se nos regalaba cuando nos olvidábamos del mundo solamente para reír.
Una vez lloramos juntos, por todos, por nada, por nosotros.
Una vez estuvimos cerca de ser uno, pero nos rebelamos.
Una vez nuestras bocas se acoplaron para emitir un sonido lastimero: Ya no puedo más. La verdad incómoda, el adiós sin premeditación ni palabras innecesarias.
Te fuiste y -acá entre nos-, no esperaba que miraras para atrás.
Y tuve que aprender de nuevo a respirar.
Y me gasté en una noche todas las lágrimas que eran para vos.
Todas nuestras treguas fueron para ver cómo continuábamos la guerra.
Te espero algunas noches que no encuentro la posición para negarte o me falta tu cuerpo cansado en el hueco tenebroso que dejaste en la cama.
No deseo que seas feliz, ni que estés vivo.
No deseo que estés triste, ni que bajo tierra se deshaga tu piel mía.
No deseo nada.
No hay guerra, ni paz, ni felicidad, ni vida, ni mi escondite secreto en tu pecho existe.
Héroe de nadie. Te espero todas las noches ahí, en el lugar exacto donde nunca más volverás.
No espero que pienses en mí, pero intuyo que lo hacés. En mi desgano y en mi interminable ironía, en las uñas en tu espalda, en los gritos cuando se nos desahuciaba el infinito, en la tristeza que sólo vos veías en mis ojos.
En la tristeza que sólo vos no viste en mis ojos, al faltarme.
Metamorfosis la tuya. Tenías que irte para empezar a ser inolvidable.

14 comentarios:

  1. Que delicia de texto! me quedo con el sabor a esas letras perfectas, y un abrazote para vos, genia. Gracias por compartir tu talento! que es mucho.
    #Chivache

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Se le quiere amigo mío. En cada momento, en cada palabra en la que nos acompañamos.
      Besote.

      Borrar
  2. Hola Eva,
    No se espera con ansias lo que se entiende totalmente. Me gusta pensar que algunos aguardamos con sorpresa algunas llegadas para que las partidas tengan sentido. Son esas partidas en realidad donde el otro aparece. Nunca antes. Nunca.
    hermoso lo tuyo.
    Salút.
    Arrabal.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Salud, Luciano.
      Por las treguas y por los instantes, por las palabras y por los silencios.
      Un abrazo.

      Borrar
  3. A veces nos tomamos demasiadas treguas. Que no es otra cosa que darle a otro y a uno mismo la oportunidad de reparar o de romper todo, para rehacer. Son al amor, lo que los puntos suspensivos a un texto. Y cuando nos acostumbramos, y de repente aparece el punto final y se imprime, y entendemos que ya no podemos cambiar la historia extrañamos todo eso que no fue. Porque ya no es posible. Porque ya no hay más párrafos. Y porque en cada tregua, se escribió un borrador que nos deja sin alternativa de segundas partes. No te creo que te gastaste en una sola noche las lágrimas, pero al texto cada palabra y frase que elegiste, le quedó precioso.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  4. Mae: hacés bien en no creerme. Al imposible se lo llora hasta que lo entendemos. Qué lindo que hayas pasado por acá. <3

    ResponderBorrar
  5. Di por casualidad, o quizá no tanta, acá.
    Parece que no hablabas de Eva, parece que hablaste de mí. Cuando sepas cómo se deja de llorarle al imposible, estaré encantada de saberlo.

    Bonito post.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es sencillo, creo que somos mucho los que estuvimos ahí aprendiendo cómo se olvida lo inolvidable.
      Un abrazo.

      Borrar
  6. Asi es el talento de verdad, el genio eterno, asi es como debe ser... Desperdiciado...

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias J.C. no sé si volverte mi RRPP en cualquier momento. <3

      Borrar
  7. Preciosoo!!!! Besotes!!! *O.O*

    ResponderBorrar
  8. Somos puentes de nuestras propias historias, somos nuestro propio paso que sucede a los infinitos.
    Puentes son los otros, que nos conducen a ese abrazo... Hoy vuelvo a pensar que de no ser por uno, nosotras no seríamos lo que somos...
    Te amo, amiga. De la misma manera que amo tus letras, tus abrazos y todas esas cosas bonitas con las cuales nos vestimos, para ser cada vez más reales...
    Hechas de otra cosa ♥

    ResponderBorrar
  9. Que manera de Escribir!!!!!!!!!!!!! graciaas!!!! es lo unico que puedo decirte!!

    ResponderBorrar